Spielberg destruye el mundo (Tom queda con vida)

Steven Spielberg es uno de esos autores que a pesar de tener la capacidad para poner en pantalla obras maestras como «Saving Private Ryan» o «Schindler’s List», poseen una estética personal tan definida que una y otra vez desperdician oportunidades de lucirse por no poder evitar dejarse llevar por sus instintos más primitivos. «War of the Worlds» es una de estas películas.

Sin embargo, en esta versión de la novela de H.G. Wells, la debilidad de Spielberg por el melodrama se mantiene a raya, al hacer un film como en su primera década como cineasta, cuando como ningún otro después de él, recreó el arte de la narrativa cinematográfica como espectáculo visual, con tal elegancia, que de un zarpazo convirtió a las «B movies» en mainstrean y cambió el negocio cinematográfico para siempre.

El film, protagonizado tan bien como puede por el siempre mediocre Tom Cruise, es una de las obras más ásperas de la filmografía de Spielberg, lo cual hasta cierto punto creo fue la razón de que no sentara bien con el público norteamericano. Ya desde las tomas iniciales de la campaña extraterrestre para acabar con Nueva Jersey, el director pone en pantalla algunas de las escenas más aterradoras de los últimos años.

Cruise, es un papá divorciado cuidando de sus dos hijos, Fanning y Chatwin, mientras su ex-esposa se va a visitar sus nuevos suegros en Boston, cuando unas tormentas inexplicables empiezan a azotar súbitamente al planeta. Cuando llegan a Nueva Jersey, buscando la simpatía de sus hijos (que se niegan a llamarlo papá), Cruise simplemente las tacha de cool en una crítica directa de Spielberg a la superficialidad que existe frente a la tragedia en el mundo de hoy en día.

Pero las cosas empiezan a cambiar (que en el rango actoral de Cruise se traduce como que ya no son cool), cuando unas máquinas gigantes emergen de debajo de Kennedy Boulevard en Nueva Jersey y empiezan a aniquilar todo lo que se mueve con unos rayos mortales. Y aquí es donde Spielberg toma la batuta y no la suelta hasta que el famoso corolario es narrado efectivamente por Morgan Freeman.

Desde que Orson Welles, sembrara el pánico en los EE.UU., al narrar «War of the Worlds» como si fuera verdad, Hollywood lentamente se había encargado de convertir a los personajes extraterrestres en caricaturas bastante lejos de inspirar lo mismo, utilizándolos de villanos con el único objetivo de alabar la valentía del mítico héroe estadounidense como en «Independence Day».

Spielberg retoma el espíritu de Wells al presentar a los extraterrestres como seres indestructibles donde la cualquier tipo de lucha es inútil y el único acto de heroísmo posible es sobrevivir. En este escenario el director tiene espacio para jugar con las imágenes, mostrando a una Norteamérica en estado de sitio con unos escenarios que recuerdan al 11 de septiembre del 2001, al tiempo que pareciera mostrar sutilmente los horrores de la guerra que actualmente se desenvuelve en Irak.

Tal como Lucas en «Revenge of the Sith», Spielberg no pierde la oportunidad de comentar políticamente. Aunque es difícil imaginarlo criticando abiertamente la guerra en Irak, escenas como las de un rió Hudson repleto de cadáveres flotantes o de una población inocente indefensa en contra de una fuerza superior e invencible no recuerdan otra cosa que la situación iraquí.

Y también parece fustigar las percepciones equivocadas del pueblo norteamericano en cuanto a política internacional se refiere. En una escena Justin Chatwin le pregunta a Cruise si están bajo a un ataque terrorista. Cruise le responde que no, qué el ataque viene de otra parte, a lo que Chatwin responde con otra pregunta: ¿Qué quieres decir? ¿Europa? Más adelante el muchacho quiere unirse al ejército para luchar contra los extraterrestres, a lo que Cruise le responde con un «Yo sé que sientes que tienes que hacerlo, pero no es así, ¡no tienes que hacerlo!»

De esta manera «War of the Worlds» se desenvuelve con facilidad por casi cien minutos hasta que Spielberg es mordido por el gusanillo de los finales felices. La novela de H.G. Wells, aunque de alguna manera tiene un final feliz, lo último que busca es satisfacer al lector. Todo lo contrario, lo ilumina sobre lo minúsculo de su existencia frente a las fuerzas de la naturaleza, criticando nuestra actitud orgullosa de dueños del planeta y de la importancia que tiene cada cosa en el orden universal.

Pero en los últimos quince minutos Spielberg se desespera, apura la película hacia el melodrama y de forma casi insultante nos da uno de sus finales típicos, convirtiendo todo su esfuerzo de un solo guamazo en una obra menor de su filmografía. Pero no se dejen engañar, a pesar del decepcionante final Spielberg demuestra que mientras está bajo control no hay nadie que le gane en el terreno del cine espectáculo.

Producción: Dirigida por Steven Spielberg; escrita por Josh Friedmany David Koepp, basados en la novela de H.G. Wells; dirección de fotografía, Janusz Kaminski; editada por Michael Kahn; música por John Williams; diseño de producción, Rick Carter; producida por Kathleen Kennedy, Colin Wilsony Paula Wagner; estudio: Paramount Pictures y DreamWorks Pictures. Duración:117 minutos. Esta película es clase PG-13.

Protagonistas: Tom Cruise (Ray), Dakota Fanning (Rachel), Miranda Otto (Mary Ann), Justin Chatwin (Robbie)y Tim Robbins (Harlan Ogilvy).


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