Cerca de fin de año, es costumbre de los periódicos de todo el mundo contar las bajas que sufrió la humanidad durante los últimos 365 días. Y revisando la prensa en Internet es increíble la diferencia que existe entre uno y otro país. Pero sin importar nacionalidades, vamos a hacer nuestro pequeño homenaje a aquellas luminarias que por una u otra razón pueden ser ignorados por otros medios de prensa. No los podemos mencionar a todos, pero aquí están algunos de aquellos que hicieron una diferencia mientras en vida.
Ya sabemos que éste editorial está más que retrasado, pero bueno, más vale tarde que nunca, y además, es imposible que pasáramos una buena oportunidad de publicar un refrito barato como éste. Con el perdón de todos los mencionados más abajo.
Quizás el occiso más celebre de Latinoamérica en el 2003 fue el actor mexicano Adalberto Martínez, uno de los pocos sobrevivientes de la época de oro del cine mexicano. «Resortes», como era incluido en los créditos de sus películas merece una estatua, pero apenas consiguió que le publicaran un par de líneas aquí y allá en periódicos no mexicanos. Adalberto, gracias por «El beisbolista fenómeno», «Platillos Voladores» y «Los Albañiles», y te perdonamos por «La Niña de la Mochila Azul». Serás extrañado.
El mundo de las telenovelas también recibió un golpe bajo en el 2003. En diciembre falleció la abuela televisiva de todos los venezolanos, la actriz Amalia Pérez Díaz. Chilena de nacimiento, tomaría un libro escribir acerca de sus diferentes trabajos para la televisión y el cine. En Los Ángeles, California, el famoso «Juan del Diablo», Eduardo Palomo murió de un ataque cardíaco mientras probaba suerte en Hollywood. Palomo, quizás uno de los actores más populares de Latinoamérica, tenía apenas 41 años.
En diferentes fechas Franco Corelli, Robert Palmer, Barry White, Rubén González, Nina Simone, Celia Cruz, Maurice Gibb y Compay Segundo se fueron con su música a otra parte. Pero no sin antes dejarnos un legado que nos entretendrá hasta el día en que los veamos otra vez. Al igual que el trabajo de algunos de los actores de cine que lamentablemente fallecieron el 2003: Robert Stack, Alberto Sordi, Gregory Peck, Katharine Hepburn, Buddy Hackett, Bob Hope, Gregory Hines y el inigualable Charles Bronson.
También se fueron un par de buenos directores de cine; el chivato de Elia Kazan, la Nazi Leni Riefenstahl y el exquisito John Schlesinger.
Entre los escritores, definitivamente el más importante en bajarse del tren fue Roberto Bolaño. Pero lo acompañaron Howard Fast, el autor de «Espartaco» y León Uris el autor de, entre otros libros, «Éxodo».
En otras ramas del reino animal: Keiko, la famosa orca protagonista de aquella película «Salven a Willie» murió en Noruega, al ser incapaz de sobrevivir en el mar tras ser criada en un acuario en ciudad de México. Y completamente fuera del reino animal: el Volkswagen, literalmente «el carro del pueblo» en alemán, fue dejado de producir tras medio de siglo de popularidad.
Sin que nos quede nada por dentro: gracias. El mundo es un lugar mucho mucho más interesante gracias a todos ustedes.
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