Orishas traducen el Hip-Hop al español

La música popular anglosajona, conocida en forma general como pop music, es usualmente mal interpretado por los escuchas de habla hispana. Lo cual es muy lógico por que la imaginería utilizada para promover las bandas y su forma de vida por lo general no tienen nada que ver con su mensaje o verdadera intención. En el rock pesado esta confusión es más aguda y tendencias como el death metal son usualmente encasilladas literalmente dentro de un concepto que es poco más que mercadeo.

Hoy día el género menos entendido en Latinoamérica es el hip-hop. Nacido de los barrios pobres de los Estados Unidos a finales de los setenta, el género ha crecido y madurado hasta convertirse en la mayor influencia en la música actual.

El Hip-Hop es en esencia una música de protesta, donde el gobierno, la mala distribución de la riqueza y el racismo son el pan nuestro de cada día. La forma de la protesta es lo más particular del genero, donde la acusación directa es la forma más suave de expresión.

Los años ochenta vieron al Hip-Hop mantenerse underground por casi una década —más que todo gracias al conservadurismo del gobierno de Reagan— pero con la llegada de los liberales en los noventas y el descubrimiento de su potencial económico por las casas disqueras el Hip-Hop se abrió camino hacia el mainstream donde se ha convertido en el power house que es hoy en día.

Pero a pesar de la increíble porción del mercado que el Hip-Hop tiene en los EE.UU., en el resto del mundo es otra historia. El 80% de las ventas son exclusivas del país anglosajón y uno de sus problemas es la difícil traducción que tiene el mensaje de artistas como Dr. Dre, 50 Cents o el mismo Eminem.

El Hip-Hop expresa el lado más feo y escondido de la sociedad norteamericana y este es un mensaje que nadie esta muy interesado en exportar y las poblaciones de otros países no están interesados en escuchar cuando ellos tienen problemas de la misma clase en sus países y tienden a utilizar la música más como un escape que como una forma conciencia social.

Sin embargo, todo el Rock & Roll es en sí mismo una protesta al statu quo que puede verse desde ejemplos tan baratos como el de Twisted Sisters en los ochenta con su himno «We’re Not Gonna Take It» hasta John Lennon cantando que imaginemos un mundo sin guerra, religiones etc. El mensaje el mismo, el ritmo es otro, y la imagen es definitivamente a años luz.

Y esto es por que la protesta no proviene de pseudo filósofos viendo al mundo a través de un binocular, sino de la misma gente que esta sufriendo los problemas que cantan. Biggie Smalls rimaba sus andanzas como vendedor de drogas por que había sido un vendedor de drogas. Las alusiones no eran fantasía, eran verdad, el hip-hop es un canto de protesta producto del hambre y el trabajo que sus protagonistas han vivido como miembros de las clases más bajas en un país desarrollado.

En Latinoamérica el cuento es otro. la protesta es un genero que es mantenido a margen. La protesta, como en Norteamérica, es relacionada con la izquierda política, pero en el sur la izquierda no es una opción, es un tabú del que no se habla y que es usualmente denigrado como bajo y sucio.

Aun así la protesta del hip-hop ha hallado abrigo en países como México, donde el índice de pobreza y violencia es más que asombroso, con bandas como control machete que cantan a ese mundo que nunca encuentra exposición en las relaciones diplomáticas de sus gobiernos. Donde el presidente dice que todo esta bien y somos un gran país, las bandas de hip-hop se levantan y gritan que todo eso es una mentira y aquí estamos para probarlo.

Por otro lado, el hip-hop es en los estados unidos un genero casi exclusivo de la población negra, con excepciones tan meritorias como Eminem, y la música rock en Latinoamérica es casi un monopolio exclusivo de gente blanca, donde el estereotipo para la gente de color se limita a los géneros musicales tropicales o criollos que no son en si una amenaza para el reinado del pop music local.

Por eso no es una sorpresa que en Cuba, el único país americano aparte de los estados unidos, donde existe una política gubernamental de diversificación étnica a nivel cultural el Hip-Hop haya por fin encontrado una traducción.

Orishas, un cuarteto cubano residenciado en Paris, es quizás el mejor ejemplo de este movimiento. Con un sonido que mezcla el son cubano, el hip-hop y la lírica de protesta de Colon, Blades y Feliciano de finales de los 70, es lo más honestamente cercano que ha aparecido en Latinoamérica al Hip-Hop norteamericano.

Sin embargo la mezcla no siempre es satisfactoria. La salsa es música de sangre negra, sabor africano, pero un sub-producto colonial que por lo general un canto de amor sin dolor. Es un canto a la vida más conformista de lo que esperaríamos. Por lo que la violencia de Control Machete es un vehículo más eficaz al mensaje protestatário.

A pesar de este paso en falso Orishas logra a pesar de esto mezclar ambos géneros casi sin costuras, haciéndonos olvidar de que se trata todo como lo hace Eminem al mezclar sus letras violentas con ritmos que suenan más a fiesta que a critica social.

El experimento ha sido tan exitoso en Cuba, que las escuelas de música oficiales han aceptado incluir una mención en hip-hop y la proliferación de bandas es como nada visto anteriormente.

Por otro lado el éxito de Orishas en Europa confirma este hecho. Desde que editaron suprimer album en España en Mayo de 1999, «A lo Cubano» se han presentado en los festivales más importantes de Europa y el primer tour de la banda se alargo por más de dos años tocando en el Olimpia, el Ancienne Belgique y el Royal Festival Hall en Inglaterra, compartiendo escenario en el Lowlands de Holanda, con los Deftones y Cypress Hill y en el Rosckilde Festival de Dinamarca con Tool y Wyclef Jean.

Después de esto se embarcaron en una gira norteamericana en Noviembre del 2000, donde la prensa los alabó unánimemente desde Time, Rolling Stone, The source y Vibe, tocando junto a grupos tan disímiles como el de Compay Segundo, la Orquesta Aragón, Iggy Pop, Cypréss Hill, Macy Gracy y Marcus Miller.

En Diciembre del 2000 regresaron a Cuba, donde a pesar de que algunas de sus canciones pasan de la protesta a la insurgencia, estuvieron en la listas radiales por meses y dieron varios conciertos a casa llena.

Después de más de 200 conciertos, Orishas empezó a trabajar en su segundo disco en Agosto del 2001. Trabajando junto al productor y compositor francés Niko Noki, y Roldán González (responsables de los tracks del primer álbum) realizaron algunas sesiones de estudio y el resultado fue «Emigrante» que salió al mercado en Europa en Abril del 2002.

Orishas fue nominado al Grammy en el 2003, en la categoría de Mejor Álbum Rock/Alternativo Latino, y a los Grammy Latinos, que se entregarán en Septiembre de 2003. Sin embargo no esperen escuchar mucho de esto. Gracias a su abierta postura pro-castrista la prensa no le da mucha cabida al grupo en Latinoamérica, tan dependiente de las disqueras con sede en Miami.

Enlaces de Interés

Para más información visita http://www.orishasthebest.com/, site oficial de Orishas, y http://www.poderlatino.es/ donde conseguirás más información sobre próximos conciertos, biografías y muestras de su repertorio en formato MP3.


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