El 4 de marzo de 1960 varias explosiones rompieron la tranquilidad habanera. El buque Le Couvre, de bandera francesa y cargado de armas belgas para el ejercito cubano había volado en pedazos en un acto de sabotaje llevado a cabo por la CIA. 136 tripulantes murieron en el atentado y el recién instalado gobierno fidelista inicio los preparativos para homenajear a las víctimas. Alberto Korda, en ese entonces fotógrafo del diario Revolución le fue asignado cubrir el evento.
El fotógrafo se ubicó a unos 10 metros de la tribuna oficial, desde donde Fidel Castro daba un discurso al lado de Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir. Guevara, que se había mantenido en la parte de atrás, de pronto bajó a la baranda de la tribuna. Korda recordaría ese momento con nitidéz hasta su muerte, ocurrida el 25 de mayo del 2001.
«El ‘Ché’…se acerca a mirar el río de gente. Lo tengo en el objetivo, tiro uno y luego otro negativo, y en ese momento el ‘Ché’ se retira. Todo ocurrió en medio minuto…Se advierte en su mirada la cólera reconcentrada por aquellas muertes, hay una impactante fuerza en su expresión».
Korda tomó la foto con su vieja cámara Leica, provista con un lente de 90 milímetros, un semitelefoto de potencia regular, rayado por el uso en la superficie. Era una tarde opaca, invernal, lo que produjo que la imagen no fuera completamente nítida, que pareciera estar envuelta en una aureola. En esta luz la cabeza solitaria del Che cubierta con una boina adornada con una estrella, se difuminó en una luz pareja y suave. La foto fue un golpe de suerte, que gracias a la escasa luz solar y el desgaste del lente imprimieron una atmósfera irrepetible.
El retrato, sin embargo, fue manipulado por Korda. Originalmente incluía varios elementos aparte de Guevara a los cuales Korda eliminó, y tras enderezar la foto hizo el encuadre final que se conoce hoy en día.
La foto de Ernesto Guevara el fotógrafo la tituló Guerrillero Heroico.
Korda, que en su carrera tomó entre 400 y 500 fotos de Guevara al principio no vio nada de especial en la foto. Tampoco los editores del Revolución, que ignoraron la foto por completo y publicaron una de Fidel. La fotografía se quedaría olvidada en el archivo personal de Korda.
En 1967, Korda le dió dos fotos de 10″ x 8″ como regalo al editor izquierdista italiano Giangiacomo Feltrinelli (quien había publicado Dr Zhivago por primera vez en occidente, y que más tarde moriría en un atentado con un carro bomba en 1972), un par de semanas antes de que el Che fuera capturado y fusilado en Bolivia. Cuando comenzaron las manifestaciones estudiantiles de 1968 en Europa, Feltrinelli imprimió la foto en posters y según se rumora, vendió más de un millón de ellos en menos de seis meses. Korda, que ni siquiera fue acreditado con la autoría, nunca recibió un centavo en royalties.
Pero a pesar de que la foto siempre le llamó la atención, Korda siempre se preguntó porque esa foto, y no otra, se convirtió en el icono de la revolución.
«Hay cientos de fotos excelente de él. No sé porque el mundo eligió esta como la imagen del Ché». Le comentó a Reuters cuando los restos de Guevara fueron descubiertos en Bolivia en 1997″. Cuando la gente se imagina la personalidad del Ché, parece que la encuentran en esa mirada».
Y la gente buscaría algo más que su personalidad en la foto. La compañía británica Diageo Group Plc. utilizaría la imagen para la publicidad de Smirnoff y esto ofendió a Korda, ya que el Ché nunca bebía y le parecía inadecuado utilizar su imagen en algo que iba completamente en contra de lo que representaba la imagen.
Gracias a que Cuba había ratificado su entrada en la convención internacional de derechos de autor en 1997, demandó por daños a la empresa publicitaria responsable de la campaña, y el día de su cumpleaños en el año 2000, mientras estaba exponiendo en Londres recibió noticias de un acuerdo extra-judicial que le otorgó 50.000 dólares que inmediatamente donó al sistema médico cubano.
Como referencia histórica, el atentado de Le Couvre fue uno en una serie de acontecimientos que llevaron a la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos.
Castro, tras denunciar el atentado, nacionalizó instalaciones petroleras norteamericanas. El 7 de julio el presidente Eisenhower redujo drásticamente la cuota de azúcar cubano en el mercado norteamericano y en octubre fueron nacionalizadas todas las empresas estadounidenses. Washington inmediatamente embargó todas las exportaciones, excepto los productos farmacéuticos, y finalmente rompería relaciones diplomáticas con La Habana el 3 de enero de 1961, activando los preparativos para un golpe contrarrevolucionario. El día 16 de abril de ese mismo año, horas antes de la invasión de Playa Girón, Fidel Castro se declaró socialista.
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