John Cage y su concierto de 639 años

El músico avant-garde estadounidense John Cage escribió algunas de las piezas más estrambóticas de la historia de la música. También posiblemente la más larga. El año pasado asistí a un evento anual en el Carnegie Hall de Nueva York que celebra la música de Cage y su colega Morton Feldman, dos genios de la música no tradicional, donde cualquier objeto es un instrumento y la duración de la piezas no toman en consideración la resistencia del cuerpo humano. Es decir, hay música en cualquier cosa y esta no está supeditada a nuestras limitaciones físicas.

Entre los instrumentos utilizados por los músicos estaban botellas, conchas marinas, agua, arena, piedras, viento, tablas y prácticamente cualquier cosa capaz de producir un ruido.

Mi experiencia previa con Cage —o Feldman— era nula, pero mi incredulidad inicial se transformó en asombro al comprobar que sus obras no eran ninguna excentricidad. No menos disfrutables que el monótono e increíble sonido del mar en un día de playa.

La más larga de ellas fue un cuarteto de cuerdas en un movimiento que duró seis horas escrito por Feldman, que a pesar de ser una sucesión minimalista de pings y aaahs, es capaz de mantener al espectador sentado en la silla apreciando una armonía natural muy distinta a la que estamos acostumbrados.

Aquí tengo que aceptar que mis compañeros y yo abandonamos el teatro ese día muchísimo antes que la misma tan siquiera llegara a un cuarto de su duración, pero fue por razones no relacionadas en nada con el merito de la música en cuestión. Al menos yo podía irme, pero los empleados del teatro tuvieron que quedarse hasta bien pasada la medianoche. El concierto comenzó después de las seis de la tarde y tenía que trabajar al día siguiente.

Por esto es casi imposible explorar la música de Feldman o Cage en la práctica. El mundo no está hecho para ella y sufren del desconocimiento público debido a su impracticabilidad.

Sin embargo, el 5 de septiembre del 2001 el músico alemán Heinz Klaus Metzger, junto a un grupo de admiradores de la música de Cage, decidió llevar a cabo un experimento tocando una pieza llamada «Organ2/ASLSP» la cual, en teoría, es potencialmente eterna.

Cage nació en Los Ángeles, California, en 1912, y la idea sobre la que basaba sus composiciones era que cualquier tono o ruido repetido al azar podía ser música. Algunas de sus piezas las escribió poniendo música sobre cartas astronómicas, haciendo de cada estrella una nota. Otra de ellas y una de sus más conocidas —llamada 4’33″— es tocada por un músico sentado al piano en completo silencio durante 4 minutos y treinta y tres segundos. Pero esta no es la pieza más exótica de su repertorio. Otra de sus composiciones tiene que ser cantada por doce hombres estadounidenses que se hayan nacionalizado como canadienses.

La pieza que llamó la atención de Metzger es una composición para piano que debe ser tocada tan lento como sea posible, de allí su nombre, ASLP, viene de «As Slow as Possible».

Esto junto al orden en que uno de sus movimientos tenía que ser repetido fueron las únicas instrucciones que Cage escribió sobre la obra. Gerd Zacher, el organista alemán para quien John Cage escribió la pieza, la tocó en una ocasión a satisfacción del músico. Esa vez duró 29 minutos siguiendo las instrucciones de Cage, quien le dijo que tenía que ser tocada como «una mañana suave» y que entonces «debería desaparecer».

Metzger, un teórico musical de 72 años, conoció a Cage en 1958 y en una ocasión le encargó una composición para la Opera de Frankfurt. En 1997, un instituto musical en el sur de Alemania le pidió que diera una charla sobre «Organ2». Esta electrificó a la docena de presentes que pronto empezaron a organizar una forma de tocarla aunque tomara décadas.

Uno de los temas de la charla fue lo que Cage quiso decir con la orden de tocarla «tan lento como fuese posible». Los órganos del tipo que hay en las centenarias iglesias europeas pueden sostener notas indefinidamente. Una sola de ellas puede tomar décadas en terminar. Uno de los asistentes preguntó a Metzger si lo que Cage quizo decir fue que el concierto se acababa cuando se muriera el músico. Otro pensó que era cuando el órgano simplemente se cayera a pedazos.

Esto es imposible de saber, pero tras decidir entre varias locaciones, se decidieron por la ciudad alemana de Halberstadt. En este pueblo alemán —una vez sede de una cochinera municipal— comenzaron a tocar «Organ2» tan lento que suponen que dure seis siglos. Hasta el año 2640.

Pero los fanáticos de Cage no se han perdido nada hasta ahora. «Organ2» comienza con un descanso, o silencio, que duró 17 meses y apenas fue roto el viernes 29 de febrero del 2003 a las 7:00 PM, cuando las primeras tres notas empezaron a tocarse.

De 29 minutos a 639 años hay una gran diferencia, pero el señor Cage, en una entrevista que concedió en 1982 a la NPR, National Public Radio, de los Estados Unidos, reveló que este era el sentido de su música, que no «forzaba al artista a adherirse a un patrón particular, sino que le daba algo de espacio para que pudiera respirar y hacer su propio trabajo con un grado de originalidad. Me gusta hacer sugerencias, y entonces ver qué pasa, en vez de imponer las reglas y forzar a la gente a seguirlas». En otras palabras, el trabajo de John Cage puede interpretarse casi de cualquier manera.

La ciudad de Halberstadt, que goza del extraño privilegio de poseer una colección de 18.000 pájaros disecados y un desempleo por encima del 20%, se enorgullece de ser el lugar donde se inventó la salchicha enlatada en 1896.

Pero además de esto Halberstadt ya tenía su lugar en la historia de la música. Un órgano construido allí en 1361 es considerado como el primero en poseer las teclas de la manera en que están organizadas hoy en día, de acuerdo a las escalas musicales con las negras levantadas por encima de las blancas.

La ciudad también tiene un monasterio, la iglesia de San Burchardi, que fue construida en el siglo XI y que Napoleón convirtió en un granero en el siglo XIX. Durante la Guerra Fría, el gobierno federal alemán la transformó en una granja de cerdos y tras la reunificación alemana, sacaron a los animales, pero el olor aún transpira por las paredes.

El gobierno de la ciudad ha decidido ceder a San Burchardi como la sede la nueva Fundación John Cage mientras a la ciudad no le cueste nada. La ciudad también fue determinante en la duración del concierto. Contando hacia atrás desde el año 2000 hasta la fecha en que el primer órgano fue instalado en Halberstadt en 1361, la ciudad concluyó que la duración total del concierto fuese de 639 años.

Organizar la composición de John Cage estuvo a cargo de un músico sueco llamado Hans-Ola Ericsson, quien definió que cada movimiento duraría 71 años, con las notas más cortas entre seis y siete meses y la más larga de 35 años. Tomando en cuenta el cansancio del público, Ericsson incluyó un intermedio en el año 2319.

Como John Cage no puso límites acerca de cuantos movimientos pueden repetirse, el concierto puede ser eterno, comentó Ericsson. «Pero en realidad está limitado al tiempo que aguante el órgano, a si los gusanos se comen la madera o si se dañan los tubos de plomo».

Un órgano nuevo empezó a construirse específicamente para el concierto de Halberstadt. El órgano de Cage está basado en una estructura del viejo órgano de Blokwerk, para evitar posibles fallas. Aquel, ya duró 639 años, pero como «Organ2/ASLP» no puede ser tocado por ninguna persona —por razones obvias—, algunos pesos de plomo hacen las veces de los dedos del organista, y cada nota será cambiada manualmente siempre en el quinto día del mes, en celebración del cumpleaños de John Cage. Las próximas dos notas, que se unirán al sonido de las primeras tres, empezaran a tocar el 5 de julio del 2005.

A pesar de la imposibilidad del proyecto, lo más difícil del mismo, como de costumbre, fue la recolección de fondos. El órgano nuevo habrá costado cuando se termine alrededor de US$ 500.000. Un físico alemán llamado Michael Betzle, quien es dueño de una firma constructora, donó los US$ 45.000 iniciales que costó limpiar la iglesia y empezar a construir el órgano. Pero desde entonces la fundación se ha dedicado a reunir fondos de todas las maneras posibles.

Vendiendo monedas conmemorativas, libros y cazando patrocinadores para cada año en particular. 18 años han sido vendidos ya en 1000 euros cada uno, pero aún falta mucho antes de que puedan reunir los más de US$ 100.000 necesarios en los próximos dos o tres años para tocar las notas que siguen. Por los momentos el alcalde Halberstadt confía en que la fundación será una excelente fuente de turistas y de trabajo que a todas vistas aparentemente durará un muy buen tiempo.

Enlaces de Interés

1. First notes for 639-year composition, BBC Online

2. Time for John Cage, BBC Interactive

3. John Cage, Wikipedia. Biografia en Ingles.


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