I’m sorry bush, but I’m not sorry

En un e-mail que recibí después de una de las tantas marchas y contramarchas organizadas por la oposición venezolana en contra del gobierno de Hugo Chávez, estaba incluida una foto de un venezolano cargando una pancarta sobre su cabeza que leía: «I’m sorry Bush, Chávez is Crazy!» (Perdóname Bush, Chávez está loco). La cual después de un par de meses me sigue dando repugnancia. Yo tengo harta experiencia en el arte de pedir perdón, lo he hecho millones de veces y casi siempre a mujeres. Pero mi experiencia en el arte de hincarse de rodillas puede considerarse mínimo porque en realidad nunca fui honesto al hacerlo.

Sólo quería salir del paso y descuaimatizar a quien quiera que en el momento, todo lo que quería ver era a un hombre pidiendo perdón.

Por eso me ha costado mucho trabajo entender las razones por las que este caballero le pedía perdón a George Bush, presidente «electo» de los Estados Unidos, en medio de una marcha en la Autopista Francisco Fajardo.

Si a alguien, alguna vez, le tenemos que pedir perdón los venezolanos, aparte del usual caso de «cuaimatización» que ya nombré antes, no es a nuestro querido vecino del norte.

Mequetrefe pidiéndole perdón a George BushYo vivo en los Estados Unidos y hasta que Chávez empezó a exponer su proyecto de gobierno en el escenario mundial, cada vez que yo decía que era de Venezuela la gente creía que yo decía Minnesota y asumían que era estadounidense a pesar de mi pinta de timoto-cuica y el acento de Ricky Ricardo. Éramos pues, completamente ignorados y desconocidos.

Los Estados Unidos, todos y cada uno de ellos, son los responsables de la libertad con la que el Pacto de Punto Fijo se encargó de hipotecar al país según la confesión de uno de sus miembros, por la apatía aparente con que ignoró y se negó a inmiscuirse en los asuntos venezolanos cuando realmente los necesitábamos y aún cuando los gobiernos post Pérez Jimenistas eran mucho peores que todos aquellos en los cuales muy alegremente decidió intervenir militarmente.

Claro está que aunque ningún marine nunca desembarcó en Carapita, los disparos con que miles de venezolanos murieron bajo los gobiernos de Caldera I y II, Betancourt y Pérez I y II venían directamente desde Washington.

En una película de Robert Redford llamada «Quiz Show», hay una escena en donde el equipo de un canal de televisión observa escenas en la televisión del recibimiento de la esposa del presidente Nixon en Venezuela. Entre las imágenes de piedras golpeando la carroza presidencial, uno de los técnicos comenta que gente como esa es la que necesitan en los Estados Unidos. ¿Dónde está la gente como esa, que era capaz de manifestar sus opiniones como hombres y no como corderitos?

Quizás es toda la prosperidad que ganamos al callarnos la boca y hacer lo que Tío Sam nos indicaba lo que nos convirtió en míseros flagelantes. O quizás la degeneración genética de tanto tomar whiskey escocés en nuestras tierras tropicales. Pero sea como sea, es vergonzoso que hayamos llegado al estado en que nos encontramos, si es que esa foto es reflejo del estado del pueblo en Venezuela.

George Bush es un hombre que está loco de atar, es un ex-cocainómano, ex-alcohólico, presidente nunca electo y miembro de un partido cuyos miembros tienen una mesa reservada junto a Hitler, Gengis Khan y Popi por todos los crímenes que han cometido contra nuestros países y la humanidad en general.

Una de las razones por las que me imagino que este hombre pide perdón, la más nauseabunda de todas las ellas, es porque la presencia y opinión de Chávez ante y con respecto a George Bush puede hacer sentir al presidente gringo incomodito. Tony Blair, hasta que le recordaron el pacto con el diablo que firmó para llegar ser primer ministro, condenaba cualquier acción contra Afganistán o Irak. En opinión del primer ministro de Canadá Bush es un «moron» (un bolsa, en criollo), los líderes franceses, alemanes y demás presidentes y primer ministros del mundo con excepción de los jala bolas de Aznar y Fox, consideran a Bush no sólo un hombre que no está a su nivel diplomático sino que además es un orate que sería mejor ignorar hasta que vengan las próximas elecciones. En los mismos Estados Unidos, es tan difícil conseguir un periodista que no quiera hacerle tragar la grabadora a su presidente, otra vez, «electo», que en sus últimas ruedas de prensa sólo ha aceptado periodistas «aprobados» por el departamento de estado y eso sólo si las preguntas eran pre-aprobadas. Entonces, si todos los líderes del mundo tienen el derecho de pararse tête a tête con George Bush y recordarle a su excelentísima madre y ex-primera dama, ¿Por qué Chávez no puede?

¿Por qué un presidente venezolano no puede estar a la par con Chirac, Chretien, Schröder o inclusive del mismo Castro si se quiere, y decir lo que le da la gana o votar sólo porque realmente considera justo, en vez de seguir siendo «voto seguro» en las Naciones Unidas no importa cuál sea el asunto a discutir?

Otra razón que se me ocurre es que debido a su total e increíblemente profunda ignorancia, este hombre no tiene la menor idea acerca del record político de los Estados Unidos en Centro y Sur América. O quizás conociéndola muy bien tiene miedo a que la bota insolente del extranjero desembarque en el distribuidor de Altamira para patearnos el culo a todos y cada uno de aquellos que hemos osado contradecir al Generalísimo Bush o a cambiar de canal en medio de una película de John Wayne.

De todas formas, debo aceptar que a pesar de lo estúpida que resulta esta foto, este es un hombre de fe, al imaginarse que Bush va a levantar el periódico un día, ver su foto y perdonar a todos los venezolanos por sus pecados contra el imperio. Menos a Chávez, por supuesto. Porque Chávez esta loco.

Para los que puedan considerar mis palabras exageradas, aquí les dejo una lista de otras cosas por las que deberíamos pedir perdón al gobierno estadounidense antes de que se arrechen con nosotros y nos monten un Pinochet o un Carmona.


1823: La doctrina Monroe declara que Latinoamérica está dentro de la «esfera de influencia» de los Estados Unidos.

1846: Los Estados Unidos van a la guerra con México y lo obligan a ceder más de la mitad de su territorio, incluyendo Texas y California.

1854: Los Estados Unidos bombardean y destruyen el puerto nicaragüense de San Juan del Norte. El ataque ocurre después que el gringo millonario Cornelius Vanderbilt atraca su yate en el puerto y Nicaragua «pretende» cobrarle por esto. Excusándose en esta «ofensa», el ataque allana el camino para la llegada de William Walker.

1855: William Walker, trabajando a nombre de los banqueros Morgan y Garrison invade Nicaragua y se declara presidente. Durante los dos años de su gobierno, Walker invade también a El Salvador y a Honduras, proclamándose también presidente de estos dos países. Walker reinstauró la esclavitud durante su mandato.

1898: Los Estados Unidos declaran la guerra a España y se anexan Guam, Las Filipinas, Puerto Rico y Hawai. Después de la guerra ocupan la isla de Cuba.

1901: Los EE.UU. dejan Cuba y el país gana su «independencia», sólo después de pasarse la enmienda Platt, mediante la cual los EE.UU. se conceden a si mismos el derecho de intervenir en los asuntos internos de Cuba cuando así lo creyere conveniente, forzando a Cuba a cederles la bahía de Guantánamo a perpetuidad.

1903: Los EE.UU. «recomiendan» la creación de Panamá, entonces parte de Colombia y adquieren los derechos de manejar el canal. Más tarde se indemniza a Colombia con 25 millones de dólares.

1905: El presidente Teodoro Roosevelt declara a los EE.UU. «el policía del Caribe». La República Dominicana, entonces parte de La Hispaniola, es considerada en situación irregular y mantenida bajo supervisión de los EE.UU.

1912: Los EE.UU. invaden Nicaragua. La presencia duraría casi ininterrumpidamente hasta 1933. Ese mismo año el presidente Taft declara: «No está lejos el día en que tres rayas y estrellas equidistantes marcarán nuestro territorio, una en el polo norte, otra en el canal de Panamá y la tercera en el polo sur. Todo el hemisferio será nuestro de hecho, así como por virtud de nuestra raza superior es desde ya, nuestro moralmente.»

1914: La armada estadounidense ataca Veracruz por la negativa de los mexicanos de saludar la bandera de los EE.UU. en ese puerto. Durante la Primera Guerra Mundial invaden México y La Hispaniola, actual República Dominicana y Haití. Se quedan allí por 20 años.

1933: Los EE.UU. abandonan Nicaragua, dejando el gobierno a Anastasio Somoza.

1954: La CIA derroca al presidente electo de Guatemala, Jacobo Arbenz. Un poeta describió el gobierno Arbenz como «años de primavera en un país de eterna tiranía». Durante 40 años de opresión y violencia murieron más de 150.000 personas.

1961: Los EE.UU. invaden Bahía de Cochinos en Cuba, pero son derrotados.

1965: 23.000 tropas son enviadas a la República Dominicana para «restaurar el orden» tras un levantamiento del pueblo en contra de la dictadura militar.

1973: Un golpe de estado orquestado por los Estados Unidos derroca y asesina a Salvador Allende. Pinochet es puesto en el poder.

1981: Ronald Reagan inicia la guerra contra el gobierno sandinista en Nicaragua.

1983: Los EE.UU. invaden Granada.

1989: EE.UU. invade Panamá para arrestar al una vez protegido Manuel Noriega. La operación deja miles de bajas civiles.

1990: Los EE.UU. tratan de manipular las elecciones en Nicaragua financiando abiertamente al partido opositor aun cuando tal acción es ilegal de acuerdo a las leyes estadounidenses.

2000: Como parte de la guerra contra las drogas, los EE.UU. lanzan el Plan Colombia. Un paquete de ayuda económica, civil y militar para un país con quizás el peor record, en cuanto a derechos humanos se refiere, de todo el hemisferio. El total de los fondos asciende a 1.3 billones de dólares con el 83% yendo al presupuesto militar. El Plan Colombia más tarde es incluido en la política de la guerra contra el terror.

2002: Los Estados Unidos financian y apoyan la organización del fracasado golpe de estado contra Hugo Chávez Frías en Venezuela.


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