El jueves 17 de junio pasado se inauguró en Barcelona, España, el 11° Festival Internacional de Música Avanzada y Arte Multimedia Sónar. El evento de tres días se inicio con un concierto de cincuenta minutos en L’Auditori de Barcelona con la Orquesta Sinfónica de Cataluña interpretando un programa de piezas académicas (Prokofiev/Dvorak) mezcladas en vivo por Ryuichi Sakamoto, Pan Sonic y Christian Fennesz. Y esto sólo era una abreboca de lo que vendría.
El festival estaba organizado en dos eventos diarios principales, SonarDía y SonarNoche, los cuales a su vez servían de trampolín a diversas exposiciones y actividades también bautizadas con el mismo prefijo: SonarCinema, SonarMática, SonarHall, etc.
En las instalaciones de SonarDía, ubicado en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), se elevaban cinco tarimas donde se reunían los nuevos proyectos musicales. Estos espacios estaban especialmente diseñados para que la audiencia captara todas las expresiones de la actual música de avanzada; comenzando por el electro-pop pasando por el tech-house, el minimal-tech, hasta llegar al ya establecido hip-hop neoyorquino.
Dentro de las propuestas que resaltaron en ese recinto, estuvo la del dúo minimalista finlandés Pan Sonic, que se lució con una estridente presentación en el escenario denominado SónarHall, que a pesar de su capacidad de 2.200 espectadores, tuvo un lleno tan total que la seguridad trató de controlar la entrada limitando el acceso. Horas más tarde, se presentó en el mismo escenario el alemán Sascha Ring también conocido como Apparat.
Transportando Deep Space a Barcelona, Dj François K presentó, en SónarVillage una versión de su fiesta semanal en Nueva York junto al poeta jamaiquino Mutabaruka con quien alternó los ritmos Afro-Dub con los que ha experimentado desde hace varios años. Destacó también la aparición de Dani Siciliano, vestida casualmente con unos shorts de algodón y un estrambótico atuendo negro. Siciliano, esposa, musa y voz del productor Matthew Herbert, acaba de editar su primer disco como solista, «Dani Siciliano Likes», en el que demuestra que es una artista por si misma, dejando entrever la fuerte influencia que el jazz tuvo en sus inicios como solista en el San Francisco de finales de los años ochenta.
En otro de los escenarios, SonarDome, las DJ’s del dúo electrónico británico Client, cautivaron las miradas de todos los espectadores. Las uniformadas de Client A (Sarah Blackwood) y Client B (Kate Holmes), orientadas por su productor, el ex Depeche Mode Andy Fletcher, pincharon un set electro-pop seduciéndose mutuamente jugando con el concepto de DJ-Dominatrix que las identifica.
Las actividades de SonarDía eran muy variadas. Desde SonarMática y su Exposición Universal de Micronaciones, Sonarama con Instalaciones Sonoras y SonarCinema, en el auditorio de la CCCB, creadores artísticos expusieron temas de gran variedad: desde los videos musicales de Roman Coppola para Fatboy Slim, Daft Punk y Cassius, hasta el documental Venezuela Subterránea del venezolano Juan Carlos Echeandia.
Pero no todo fue música y arte. Entre las conferencias que tuvo más audiencia estuvo la del creador del sintetizador que revolucionó el esquema auditivo. Robert Moog expuso acerca de cómo en 1960 se inspiró para producir el Moog-Synth (moogmusic.com), instrumento que por cuarenta años ha sido el consentido de músicos de todos los géneros. Desde los más Pop, como Donna Summer, hasta los más eclécticos, como Air.
Como complemento, el festival también instaló una Feria Discográfica con 27 representantes de la industria musical global incluyendo Latinoamérica, que fue representada por firmas como la argentina Casa del Puente, la mexicana Nuevos Ricos y la brasileña Motor Music, quienes compartieron los espacios internos del CCCB con otras firmas más conocidas como Accidental Records (UK), Brooklyn Beats (US), Electronika Brazil (BR), Ghostly International (US) y Shitkatapult (DE) en busca de exposición entre los adeptos melómanos asistentes al festival.
Pero el verdadero festín musical sucedía en SonarNoche, cuando en los escenarios de SonarPark, SonarClub y SonarPub se interpretaban variantes de minimal-tech con sabores Carioca alterados con los ritmos callejeros del hip-hop, tendencias que repercutieron de manera especial en los escenarios.
El deleite comenzó en SónarClub con el duelo entre el pionero del Acid-House Richie Hawtin vs. el actual exponente del Micro-House Ricardo Villalobos, seguidos por el discípulo consentido de estos géneros el tejano Matthew Dear. Los exponentes brasileños DJ Marlboro, Instituto y Nego Moçambique, mientras tanto tomaron por asalto SonarPub haciendo volar a la audiencia con sus ardientes interpretaciones cariocas llenas fervor latino.
Por su parte, en SonarPark DJ Patife y Kid Koala dominaron los beats del Drum n’ Bass y Hip-Hop. Pero de todas, la noche del sábado 19 fue la más cotizada de todo el festival. 22.000 personas acudieron esa noche a los escenarios del evento en busca de buena música y en el caso de SonarCar, darse una buena sacudida en carros chocones.
En SonarClub se reunieron aquellos que buscaban escuchar a los primogénitos del Trip-Hop o «Sonido de Bristol», los miembros de Massive Attack, Robert «3D» Del Naja y Grant «Daddy G» Marshall, que además de sus éxitos tocaron canciones de su más reciente álbum «100th Window».
Este año el Festival se concentró en presentar Dj’s / Productores con talentos sintetizados en maquinas revolucionarias. Dejando atrás a una muestra importante de bandas en vivo. Massive Attack fue una de las pocas presentaciones de este tipo»
Una de las sorpresas del festival, sin embargo, fue una victoria pírrica. La cancelación de la intervención de Carl Cox, considerado por muchos como el mejor Dj del mundo, por motivos de salud, causó la fugaz inclusión en el cartel del festival de la vocalista/Dj/Productora Miss Kittin, quien hasta entonces se había conformado con pinchar en fiestas Off-Sónar.
Incluso a tempranas horas de la mañana, cuando el final de los eventos se acercaba, el audio de SonarNoche fue impecable. Y en la última de estas mañanas Dj Hell y Dj Tiga tuvieron el honor de samplear los últimos acordes del festival que dejó a una multitud exhausta, extasiada de tanto bailar. El Festival Sónar es ampliamente recomendable, y junto a una ciudad sede de encanto insuperable como Barcelona, forman una combinación merecedora de ser experimentada otra vez el año que viene.
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