Engaños y engañadores

Engaños y engañadores, ¿quien es quien?, la línea es tan frágil y fina que sortearla no significa demasiado esfuerzo. Todos recordarán el «hombre del piano» en Inglaterra, lo que no todos saben es que se trataba de un actor y músico fracasado que logró acaparar los medios con una gran y eficiente mentira.

© Mike Gunnill/CorbisVale aclarar que si bien no nos afectó demasiado el engaño, sí lo hizo con la cantidad de especialistas de la psiquis, periodistas y autoridades que quedaron mal parados frente al acto falaz.

De mentiras y engaños está llena la historia, muchos ya han hablado de ello.

Quizás Platón nos engaño con la Atlántida o al menos con su ubicación en el estrecho de Gibraltar, pero nunca sabremos si fue su culpa o se trataba de solo ficción.

La historia está llena de mentiras, si tenemos en cuenta la posibilidad de que un pícaro hace 1000 años haya documentado guerras inexistentes, reyes poderosos, turbas populares, etc., etc., caemos en la triste realidad de que poco de lo que sabemos es cierto.

Desde la guerra de los cien años que no fue tal cosa; la conquista de América que fue usurpación; la evangelización que solo fue un método de dominio, las armas de destrucción masiva de Irak, Hitler convenciendo a un pueblo alemán exaltado, las invasiones inglesas a Argentina en 1806 (también el Mundial de Fútbol 1978), los cascos blancos y las misiones de «paz» de la ONU, el FMI y la «ayuda» a ciertos gobiernos, las elecciones en Cuba o en otros países y el desarme nuclear entre miles de ejemplos; los engaños se transformaron en una realidad ineludible a la hora de contar la historia.

La política siempre es engaño, ya lo plasmó Maquiavelo en algunos párrafos:

«La necesidad del príncipe de no observar la fe (la palabra) dada cuando tal observancia se le vuelva en contra o se hayan extinguido las causas que la hicieron prometer.»

«El fin justifica los medios.»

«La astucia, la hábil ocultación de los designios, el uso de la fuerza y el engaño, adquieren categoría de medios lícitos, si los fines están guiados por el idea del buen común.»

«La política es el arte de conquistar el poder.»

Esas frases escritas hace casi quinientos años, han sido el leitmotiv de todos los gobernantes futuros. Estos han engañado, estafado, desfalcado, matado y torturado valiéndose de engaños y mentiras.

Sería injusto colocar al poder de turno como amo y señor de los engaños, si bien tienen la exclusividad en lo que a desastres se refiere, hay muchos ciudadanos de a pie que se han valido de la mentira para lograr al menos su cuarto de hora (o mucho más) exitoso.

Ejemplos simpáticos de timadores hay también cientos: En 1835 el diario The Sun de Nueva York publicó artículos sobre los descubrimientos logrados por Sir John Herschel y su telescopio asentado en África. Los relatos contaban sobre mares lunares y seres alados mientras las ediciones del diario se agotaban rápidamente. Al momento de enterarse, el astrónomo obligó al diario a rectificarse y explicar que el supuesto telescopio se había dañado antes de llegar a su destino. En realidad nunca lo había usado.

En 1969, un periodista americano tiró por el suelo el gusto literario americano. Con la ayuda de 24 periodistas del Newsday produjo el libro Naked came the stranger (Desnuda vino la extraña). Este libro carecía de cualidades, la historia era mala, los personajes aburridos y ante todo estaba mal escrito. Cada periodista debía escribir un capítulo que tuviera al menos dos escenas de sexo. El libro fue un éxito. Paradojas de la sociedad, el éxito fue mayor aun en cuanto se supo del engaño.

El monstruo del Lago Ness (escocia) es un engaño de larga data. No existen documentos que lo comprueben y ya está confirmado que la famosa foto de 1934 se trata de un escenario creado. Como negocio resultó fabuloso para los habitantes de la zona escocesa.

El filipino hermafrodita embarazado, la máquina de lluvia, la tribu de las cavernas en Mindanao (Filipinas), la marea solar que se produciría el 5 de mayo del 2000 cuando la Tierra se alineara con el sol y cinco planetas, el gigantesco cometa NEAT que acabaría con la humanidad en el 2003, el recordado Y2K y Enric Marco «el deportado número 6.448», era presidente de la asociación «Amical Mauthausen» (sobrevivientes de los campos nazis) y engañó a todos por décadas sobre su estadía en los campos de concentración; son algunas muestras de que el ciudadano común, contando con la ayuda de los medios de comunicación, puede llevar sus mentiras hasta límites insospechados.

Por eso yo desconfío, antes de creer algo debo elaborarlo bastante y así y todo me cuesta asimilar la información. Creo que viene de la infancia cuando cierto verdulero me dijo que los tomates eran buenos, aunque tal vez fue mi peluquero el culpable, antes de irme me dijo que el corte me quedaba bien.


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