El mito del amor a la Richard Gere

Querido Sabelotodo: ¿Es verdad que ciertas personas utilizan hámsters como juguetes sexuales? ¿Es posible? ¿Fue Richard Gere hospitalizado por habérsele atorado uno en el recto? Yo he escuchado y hasta visto películas donde los actores hacen y deshacen con perros, caballos y hasta culebras. Pero hámsters, jamás. Aclárame este punto maestro. Luigi Mascaro, Veracruz, México.

Estimado Luigi: Cada cierto tiempo aparece un rumor le da la vuelta al mundo sin que jamás haya salido en la tele o los periódicos. «La cultura popular, tiene amigos a montón», y a mediados de los ochenta le tocó a Richard Gere ser la víctima de las comidillas. Supuestamente, Gere fue hospitalizado de emergencia cuando los doctores al someterlo a un examen, consiguieron un hámster dentro de un condón enterrado en lo profundo de su intestino grueso.

Bueeeno. Aunque la introducción de objetos extraños en el ano son atribuidos—generalmente—a la comunidad gay o mujeres de mala calaña o dudosa experiencia, las estadísticas de los hospitales en todo el mundo revelan que este «divertimento» no es monopolio exclusivo de estos grupos y que en el intestino grueso se han encontrado mucho más que hámsters.

Esta es una lista de cosas que los médicos han encontrado en rectos y vaginas de pacientes: una botella de salsa de tomate, el mango de un hacha, pepinos, vibradores de todos los tipos y colores, espátulas, botellas de agua, desodorantes, gaseosas, zanahorias, antenas, bombillos, destornilladores, seguetas, manzanas, cebollas, cepillos de dientes, cambures envueltos en condones, cambures sin envoltura, palos de escoba, tubos de ensayo, plumas, lápices, plumeros, tripas de bicicleta rellenas de arena, linternas, anteojos, huevos duros, llaves, jeringas, creyones, la tapa de un bolígrafo (adentro por 20 años), velas, un pedazo de tacón de un zapato de mujer (adentro por 53 años), un pesario (57 años), tampones perdidos, cocaína envuelta en condones y un largo eeeetttcccceeeeteeera, en inglés, francés, alemán, húngaro y otras lenguas, pero creo que ya entiendes la idea.

Investigando sobre este tema conseguí varios casos excepcionales. Uno es el de una mujer china que escapó de la Revolución Comunista con todas las joyas familiares en la vagina. 40 años más tarde le encontraron—durante su autopsia—un brazalete de jade que había olvidado extraer tan pronto llegó a América.

Otro fue en 1955 en los Estados Unidos. Un hombre agarró un tubo de cartón de 15 cm, se lo introdujo en el recto y después arrojó un fuego artificial en el mismo, volándose las paredes internas del ano. Al llegar al hospital le dijo a los doctores que lo hizo porque estaba deprimido. De seguro el estado de animo le cambió inmediatamente.

La inserción de objetos extraños en el cuerpo es usualmente realizada como forma de autoerotismo—tanto entre gays como entre heterosexuales—pero como podemos ver en los ejemplos anteriores la mayoría de estas personas tiene algo en común: son increíblemente estúpidas.

No hay que ser un genio como yo para saber que introducir un frasco de Mum bolita en el recto puede ser nocivo para la salud. Esta es una cavidad más débil de lo que muchos creen y puede lacerarse, infectarse y causar cosas tan indeseables como la incontinencia fecal.

Pero volviendo al tema de los hámsters, en realidad no existen estadísticas acerca de este tipo de cosas. Para investigar esto en profundidad le hice llegar la pregunta a mi médico de cabecera, quien confesó que aunque había oído este rumor jamás había visto, ni sabido, de un caso real. Pero añadió que en los años ochenta hubo un aumento en la cantidad de infecciones anales relacionadas con roedores, si bien el origen del mismo nunca fue esclarecido.

Lo único que realmente puedo decirte acerca del tema es que tengas cuidado a la hora de ser creativo con los orificios corporales. Y si quieres experimentar con mamíferos, procura que sean de tu misma especie y tamaño.

En cuanto a Richard Gere…si lo conociera le hubiera preguntado, pero seguro que no me dice nada. El rumor, aunque yo mismo lo creí cuando era un chico, es físicamente imposible.


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