El diente roto de Texas

En «El Diente Roto» Pedro Emilio Coll cuenta la historia de Juan Peña, quien tras recibir un peñonazo en la boca pasa el resto de su vida en estado semi-catatónico, haciendo creer a quienes le conocían que era «juicioso, sabio y ‘profundo'», llegando casi a ser presidente de un país cuando en realidad el tipo no era sino un imbecil. En la novela de Jerzy Kosinski «Desde el Jardín«, un retrasado mental llega a ser líder del gobierno de los Estados Unidos, al considerársele de la misma manera por casi las mismas razones.

Ahora hablemos de George W. Bush. O júnior como lo llama su mamá.

El próximo mes de diciembre se celebrarán en los Estados Unidos las elecciones presidenciales, y la plataforma de Bush ha comenzado una campaña dirigida a brindar la mejor luz posible sobre el aspirante a la reelección. Cosa que además de ser bien difícil, se esta tornando en uno de los capítulos más bizarros de la historia moderna estadounidense. Uno donde la fantasía y la realidad realmente han estirado el concepto de credibilidad hasta el punto que uno no sabe como darle crédito a lo que se lee y se escucha.

Tomemos como ejemplo la reciente entrevista a la primera madre de los Estados Unidos, Bárbara Bush, por el periodista Larry King en CNN. En ella la señora Bush dijo que muchos periodistas le preguntan si George Bush tenía problemas cuando era niño.

«Y la respuesta es, por supuesto, no. él era un niño perfecto.» dijo ella molesta por tales suposiciones. «Me molesta ver como 10 hombres viejos [los pretendientes a la candidatura demócrata] corren por todo el país, no hablando de todo lo que van a hacer, sino hablando mal de mi precioso, valiente y brillante hijo.»

Aguantando la risa (suponemos), King le entonces preguntó que era lo más duro para ella como madre y esposa de líderes políticos. Evidentemente senil, Bárbara respondió: «Tu puedes criticarme a mi, pero no critiques a mis hijos ni a mi esposo ni a mis nueras, o estas muerto.»

Y todos pensábamos que sus tendencias homicidas venían del papá, ¡Ja!

Que el actual presidente de los Estados Unidos haya estado en rehabilitación por uso de cocaína, en alcohólicos anónimos, y que la familia haya tenido que pagar un equipo de profesores para que le ayudaran a pasar las materias en la universidad, son detalles que la Sra. Bush aparentemente ha olvidado o que no clasifican como antónimos de todo lo que ella piensa de él.

Pero mamá Bush no dijo nada que ninguna otra mamá no hubiese dicho de su propio hijo, y por eso la plataforma de reelección la tiene de tour por cuanta radio y televisión existe en Norteamérica. Ella puede, prácticamente, decir lo que le de la gana. Cosa que júnior, quiere y hace, pero que no debería.

Y es que desde que George Bush comenzó su esfuerzo por convencer a los americanos de que merece ser presidente una segunda vez no ha logrado, ni una vez, demostrar de que el esta capacitado para el puesto que ya ocupa.

En otoño pasado, Bush se presentó en el canal de televisión FOX donde le confesó al periodista Brit Hume, la manera en la que se entera de lo que esta pasando el mundo, corchetes nuestros:

«En la mañana [el jefe de personal] Andy Card y Condi [Asesora de Seguridad Nacional Condolezza Rice] me hacen un recuento de lo que esta pendiente. [Ellos] vienen y me dicen…entonces yo veo los titulares [¿de los periódicos?]…y entonces soy capaz de saborear lo que esta sucediendo [sic]. Rara vez yo mismo leo las historias [del periódico], y me entero por gente que probablemente leen las noticias ellos mismos [sic]…y la mejor forma de obtener las noticias es de gente objetiva. Y la gente más objetiva que yo tengo son la gente en mi gabinete, que me dicen lo que esta pasando en el mundo.»

Es increíble, y dadas las condiciones hasta sano, que el presidente tenga tanta confianza en su gabinete. Pero ¿es esto normal? En Julio del año pasado Bush le insistió a los periodistas reunidos para una conferencia en la Casa Blanca, que él le había dado suficiente tiempo a Saddam Hussein para permitir la entrada de los inspectores de las Naciones Unidas, y «él no los dejo entrar» [«…and he wouldn’t let them in.»]. A pesar de que Bush considera a sus asesores como la gente más objetiva, debería reconsiderar de quien recibe las noticias, ya que obviamente nunca se enteró de que Irak dejó entrar a los inspectores de armas de las Naciones Unidas, y la única razón por la que estos abandonaron el país fue para evitar ser bombardeados por él mismo.

¿Fue esto el producto de una laguna mental de Condolezza Rice? ¿Acaso en la Casa Blanca nunca se enteraron de quien era Hans Blix? I don’t think so my friend.

Quizás Bush realmente sea idiota, pero inclusive en ese caso, alguien estuviera haciendo algo para que no luciera como tal. Como Chauncey Gardiner, el personaje creado por Kosinski, el presidente de los Estados Unidos se encuentra separado de la realidad, pero hasta donde esto es el producto de una mente poco brillante y hasta una pose en búsqueda de excusar una conducta maliciosa, es algo difícil de determinar.

En una entrevista a Tim Russert el pasado 8 de febrero en el canal de televisión NBC, luciendo más confundido de lo usual Bush afirmó no sólo que el pueblo de Irak le ha dado una gran bienvenida a las tropas estadounidenses, sino que sus políticas internas en los Estados Unidos eran una maravilla. «El presupuesto que acabo de proponer al Congreso corta el déficit por la mitad en cinco años.» dijo como si nada, cuando en realidad si leyera el periódico por él mismo, o si tan solo oyera radio o viera televisión, sabría que lo que esta sucediendo en el presupuesto nacional es todo lo contrario. Que el déficit es más grande que cuando el gobierno de los Estados Unidos se declaró en quiebra a finales de los setenta y que la marca de $7 trillones de dólares en deuda externa acaba de ser pasada ante el completo silencio de los voceros gubernamentales.

Pero él no lee el periódico, o quizás simplemente no quiere o no le conviene.

Según Bush, esto es lo mejor que puede hacerse para seguir manejando el país de forma objetiva. «No es que yo no respete la prensa.» Le dijo Bush a periodistas británicos el pasado mes de noviembre. «Yo respeto la prensa. Pero a veces es difícil ser un líder optimista. Un líder debe proyectar una visión optimista. Es difícil ser optimista cuando uno lee un montón de cosas acerca de uno en el periódico.»

Y optimista es. Tim Russert le preguntó a Bush que le parecía que según las encuestas la mayoría de los norteamericanos estaban insatisfechos con su trabajo. «¡Dios!, Yo no sé, porque estoy trabajando duro para unir al país…Yo no hablo mal de nadie…yo no ataco a nadie.» Dándole la vuelta a la pregunta que Bush malamente había esquivado Russert atacó de nuevo, preguntándole acerca del rechazo de los europeos a su gobierno: «¡Demonios! Yo no sé. Ronald Reagan era bastante impopular en Europa…estoy tratando de mantenerme en buena compañía. Yo creo que la gente, cuando uno hace cosas dolorosas, cuando le pides a la gente que haga cosas duras, eso puede crear tensiones…Te diré, sin embargo, que no voy a cambiar ¿ves? No estoy tratando de acomodarme [al gusto del público]. No voy a cambiar mi filosofía o mi punto de vista.»

Esto es realmente aterrador, pero no es verdad de acuerdo a lo que hemos visto en los últimos años. Durante el periodo pre-guerra en Irak, Bush acusó a la CIA, el departamento de Estado y el Pentágono de esconder la gravedad de la situación en Irak minimizando en sus reportes el alcance del programa de armas nucleares de Saddam Hussein. Pero ahora que se sabe que la amenaza nuclear y química iraquí era una ilusión, ¿Que hacen Bush, Rice, Rumsfeld y el resto de la pandilla de la Casa Blanca? Acusan a las agencias del estado de haber hecho todo lo contrario, de haber exagerado el arsenal de Irak, cuando Bush llegó a asegurar en el 2002 que él no tenía «ninguna duda de que el gobierno de Irak seguía poseyendo y escondiendo algunas de las armas más mortales jamás construidas.»

Que los servicios de inteligencia de un país nunca puedan estar del todo seguros de nada, y que incluso mecanismos de alta tecnología como las fotografías de satélites espías han resultado en centenares de ocasiones falsas alarmas, no le hizo pensar a Bush en pedir una segunda opinión o en analizar lo que le estaban diciendo. No. él no tenía ninguna duda.

Lo cual es algo que Bush no puede darse el lujo de decir después de haber confesado el 4 de junio pasado a bordo del Air Force One que «Yo no soy muy analítico. Ustedes saben, yo no paso mucho tiempo pensando acerca de mi mismo, acerca de porque yo hago lo que hago.»

Wow, ahora sabemos que es lo que pasa, además de no leer el periódico, Bush es un impulsivo hijo de puta que le gusta disparar primero y ver después.

A la mayoría del planeta le puede dar la impresión que las cosas que George Bush ha en los últimos cuatro años en realidad no son de su incumbencia. Que como no viven en los Estados Unidos por lo tanto ese no es su problema. Sin embargo, en realidad, todo lo que el presidente de los Estados Unidos haga es del mayor interés de todos.

Millones de bocas se alimentan, mal que bien, gracias a la estabilidad financiera de Norteamérica, y todos deberíamos jalarnos los pelos con los problemas que enfrenta los vecinos del norte gracias a la estancia de este retrasado mental en la Casa Blanca, del que ya hemos heredado al menos diez años de crisis, gane quien gane las elecciones. Y lo peor de todo es que en cuanto a responsabilidades se refiere, él no tiene la culpa de nada.

Hace poco, obviamente borracho o dormido, Bush dijo que cuando «yo era joven e irresponsable, yo era joven e irresponsable.» Lo cual entendemos que significa que él ya no lo es. Sin embargo, otro presidente de los Estados Unidos tuvo que enfrentarse a la noción de responsabilidad de la que George Bush habla. En 1961, John F. Kennedy tras el fiasco de Bahía de Cochinos no habló de cuando el era joven e irresponsable, ni acusó a la CIA, que en ese caso si lo había hecho, de ocultarle información. Ni trato de excusarse diciendo que el no leía el periódico. No. John Kennedy se presentó en una cadena de televisión para explicar que no iba a haber ninguna investigación en búsqueda de chivos expiatorios, «la responsabilidad final de cualquier falla es mía y solo mía.»

Kennedy no era ningún santo, pero al menos en ese momento dio muestras de una cordura que el actual presidente no ha ni siquiera sugerido. Porque cuando se trata de hacer la guerra o pretender ser un líder mundial de algún orden, la verdad, aunque duela, siempre es mejor que cualquier fantasía. Uno puede perdonarle a alguien que sea gafo y joven, pero no irresponsable. 

«Vean, las naciones libres son naciones pacíficas.» Dijo Bush otra vez acerca de Irak y su arsenal. «Las naciones libres no se atacan entre ellas. Las naciones libres no producen armas nucleares.»

El orden comienza por casa my friend, predicar «haz como digo, no como hago» nunca ha llevado a ninguna parte, y mucho menos cuando el que lo pretende tiene problemas de comunicación tan severos como Mr. Bush.

Enlaces de Interés

1. Página de Reelección de George Bush

2. Ficha de Arresto por Conducir Borracho de George Bush

3. Ficha de Suspensión de Bush como piloto por negarse a realizarse examen toxicológico

4. Transcripción de Entrevista a Bárbara Bush – CNN Larry King

5. Transcripción de Entrevista a George Bush – NBC Tim Russert

6. Transcripción de entrevista a George Bush – FOX Brit Hume

7. Dichos Absurdos de George Bush


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