¡Devuélvanme mi porno! ¡Liberen a Gorki Águila!

Ayer leí una definición del DICCIONARIO DE USO MARÍA MOLINER «Libertad: la facultad del hombre para elegir su propia línea de conducta, de la que, por tanto, es responsable», y hoy quiero escribir por la libertad de Gorki Luís Águila Carrasco. La liberación siempre ha sido obrera de todas las revoluciones. Sin ir muy lejos, las siglas de casi todos los movimientos armados de América Latina cuentan con una L grandota, mayúscula; como el EZLN, ELN y FMLN.

Por eso me entusiasma que me vaya a leer aunque sea un cubano con Internet porque los reporteros del Granma no saben (o no quieren hacer saber) de Gorki Águila: cuando metí Porno Para Ricardo en el motor de búsqueda del periódico para saber la posición oficial sobre el caso, la cosa me respondió en perfecto inglés No matches were found for «porno para ricardo».

Esto cuesta creerlo, ya que el punk-rock de Porno Para Ricardo se ha presentado en locales tales como El Patio de María, el Café Cantante del Teatro Nacional, el Balneario Universitario, La Madriguera, la Escuela Internacional de Cine; así como en los teatros América, Bertold Bretch, Mariana Grajales y Riviera. Además de festivales como Pinar Rock 1999, 2000 y 2003, Alamar 2000, Holguín Metal HG 2001 y el primer encuentro de fanzines en Sancti Spíritus. Ya ven, el único lugar donde no se han presentado es en el Granma. ¿Por qué?

Bueno, hay que comenzar citando a Gorki Águila cuando le preguntaron que por qué escogió ese nombre para el grupo, ¿quién es Ricardo? Y el pana respondió: «Lo escogí porque representa muy bien el sentido del grupo, ya te digo que somos defensores de la libertad creativa que genera el erotismo y de la individualidad que debe derivar en el sentido de la tolerancia. Ricardo es un buen amigo pintor conocido por sus gustos eróticos y por su tremenda voluntad sexual, porque es alguien especial que inspiraría solamente con su manera de ser cualquier obra de arte. Realmente él es un tipo que vive como quiere, o más o menos se acerca, pero bueno, no forma parte del grupo ni tiene que ver con él, simplemente este nombre que escogí es una metáfora».

Gorki está preso hace más de un año. Y al leer esta cita de sus palabras cuando era libre me pongo a pensar que vale 10 puntos. ¿Por qué? Porque tanto los derechistas como los izquierdistas de línea dura trazan una raya divisoria poniendo a unos seres de un lado y a los demás del otro. Así, para un pinochetista Víctor Jara vale, en una escala de 1 a 10, solamente 3 puntos, porque entre el gobierno de Reagan y los Chicago Boys hicieron que la economía chilena saliera adelante y con eso se pagan muchos Víctor Jaras. Sin embargo, a los torturados por Videla seguro que les dan 7 puntos porque en Argentina la economía está hecha un desastre, entonces no hay con qué decir que algo valió la pena.

Por otra parte, para un izquierdista a quien no le cabe otro modelo de desarrollo que no se llame ¡Revolución! ¡Revolución! ¡Revolución!, los señores Raúl Rivero, Reinaldo Arenas y Gorki Águila también valen sólo 3 puntos cada uno porque el gobierno cubano instauró el estado de bienestar y creó atletas, escuelas y músicos. Los presos, ejecutados, exiliados y torturados valen lo que pesan en la balanza de las perspectivas.

La biografía de Gorki va más o menos así:

Nació en La Habana el 11 de noviembre de 1968, sus padres le pusieron ese nombre porque lo soviético estaba muy de moda en la época. Nunca llegó a la universidad sino que se dedicó a la pintura y a trabajar en la imprenta del ICAIC. Después emprendió la empresa de ser guitarrero autodidacta. En los años 1990 se convierte en parte de un movimiento de rock cubano que giraba alrededor de El Patio de María, una casa cultural que estaba (la cerraron) por Paseo y 25 en La Habana. María, por cierto, es simplemente una jeba que quiso darle un espacio al rock & roll en Cuba.

En 1999 nace Porno Para Ricardo con Gorki como compositor, guitarrista y cantante; Ciro Díaz Panedo en el bajo y coros; y Luís David González en la batería (Oscar Pita se integraría al grupo un poco más tarde).Gorki se monta en el escenario y no acepta que tiene que ser comunista y silente a dedicación exclusiva. Empieza a componer letras que se salen de los parámetros morales del gobierno. Las autoridades culturales le hacen saber que había que cambiar las letras, no se puede decir «Hay un hombre sentado en el trono / que se perpetúa como un verdugo / y promete a todos un futuro / feliz feliz feliz». Como buen punketo, Gorki se niega. También le hacen saber que no se puede publicar un póster rojo donde un pene reemplaza a la hoz y penetra al martillo como emblema del grupo. Gorki se niega otra vez. El grupo gana atención a nivel nacional con unas presentaciones en vivo que cuestionan prejuicios sexuales y sociales. Gorki se porta mal en el escenario, como un Hendrix tropical, bate su instrumento contra el suelo y grita «esta guitarra es rusa y tiene que morir».

El gobierno empieza a suspender los conciertos en el Patio de María con cualquier excusa y los efectos son contraproducentes, porque entonces el grupo empieza a hacerle publicidad a la suspensión de sus conciertos. Se publican pósteres anunciando que ¡PORNO PARA RICARDO NO TIENE CONCIERTO EL SÁBADO! En una de sus últimas presentaciones, Gorki le lanza al público todo el dinero de la recaudación obtenida por la venta de las grabaciones del grupo entre los asistentes al festival de Pinar del Río.

Suficiente. El 20 de abril de 2003 la policía lo arresta basándose en la denuncia de una mujer que dice haber comprado «una pastilla» de manos de Gorki. El 6 de agosto llevan el caso a juicio y no se presentan pruebas de los cargos imputados, los señalamientos giran alrededor del carácter antisocial del Rock & Roll y del grado de participación de Gorki en actividades ciudadanas. Sin más que demostrar, Gorki fue hallado culpable por el delito de tráfico de drogas y condenado a cuatro años de prisión. Lo meten en Kilo 5, una cárcel que ya tiene el ingrato privilegio de ser famosa. Su suite mide 2,5 x 1,5 metros y la tiene que compartir con otro recluso. No puede salir para bañarse ni para comer. No tiene agua, y no le permiten salir al patio más que dos horas a la semana. Sólo puede recibir visitas de familiares cercanos una vez cada tres meses.

Los últimos datos son que el 22 de noviembre de 2003 lo trasladaron a la prisión laboral Toledo en las afueras de La Habana. Que publicaron un cuento mediocre e infame en La Jiribilla, la revista de la juventud comunista, usando el nombre de una de sus canciones (Marlen y Tatiana), donde lo ponen a él como malvado protagonista. Y que en marzo de 2004 lo nominaron al premio internacional INDEX ON CENSORSHIP (en la categoría de música), que al final le fue otorgado al pianista argentino Daniel Beremboin y a Edward Said, quienes desafiaron a ambos bandos del conflicto del Medio Oriente y fundaron The West-Eastern Divan Orchestra con músicos palestinos e israelíes.

FREEMUSE, una organización internacional con sede en Copenhague, ha estado siguiendo de cerca el caso de Gorki. Y en octubre de 2003 le enviaron cartas a colegas músicos de Gorki como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, que no hicieron nada porque seguro estaban ocupados componiéndole canciones a la libertad; y al ministro de cultura cubano, Abel Prieto, quien respondió como todo un jesuita, con otra pregunta, ¿por qué no se ocupan del bloqueo de los Estados Unidos a los productos culturales cubanos en vez de estarse encargando de un criminal convicto? La ecuación es simple: expresión + represión + bloqueo = 0.

Gorki vale 10 puntos como todos, si quieres poner tu granito de arena por él, escríbele a Abel. Ésta es su dirección postal:

Sr. Abel Prieto

Ministerio de Cultura de la República de Cuba

Calle 2, e/11 y 13 Vedado

Ciudad de La Habana, 10400


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