La guerra en Irak dominó el primer debate televisivo de los candidatos presidenciales, George W. Bush y John F. Kerry. Y según los sondeos que los medios de comunicación hicieron del debate del martes en Coral Gables, el mismo lo ganó el candidato demócrata. John F. Kerry explotó los evidentes puntos débiles de un arrogante pero físicamente disminuido George W. Bush que fue colocado a la defensiva varias veces por un excelente orador.
George W. Bush no pudo defenderse por sus faltas a la verdad, por su irresponsabilidad como líder, su aislamiento internacional y además fue exhibido como el presidente soberbio y ciego ante la realidad que en realidad es.
Para sorpresa de los electores que le vieron por primera vez, Kerry se olvidó de su patética retórica y se mostró más presidenciable que Bush, quien enojado respondió a las críticas con gestos y no con razonamientos.
Según Kerry, George W. Bush no ha sido un buen vecino para Latinoamérica y como consecuencia de sus errores ahora el presidente de los Estados Unidos ya no es respetado por casi nadie, ya que no es confiable y ni siquiera es temido. Y la muestra la ponen Irán, Corea del Norte, Europa y hasta la Rusia de Vladimir Putin.
En el más reciente sondeo después del debate, el del semanario Newsweek, los electores estadounidenses prefirieron a Kerry sobre Bush por 47 a 45 por ciento.
Pero Kerry aún no ha ganado la elección. Hacerlo requeriría consolidar el haber ganado esta batalla profundizando en la herida abierta de Bush, el hecho que el poder militar de EE.UU. y su inmensa fortaleza financiera están bajo asedio. La influencia norteamericana declina y eso no les gusta a muchos. Y la razón es que las bombas «inteligentes» no le están solucionando los problemas de las calles en las ciudades árabes, lo que los está forzando a buscar la forma menos indignante para retirar a las tropas de Irak. Para lo que ya han presionado al primer ministro iraquí para que acelere las elecciones en enero del 2005 sin tomar en cuenta que cada día es más remoto que se lleven a cabo.
Sí, escribí calles y ciudades árabes porque en el debate hubo dos fundamentalismos frente a frente. Podríamos hablar de un fundamentalismo islámico y de otro cristiano que es del que padece Bush y que ha creado esa otra guerra denominada «Islamismo vs. Islamofobia». Y para muestra un botón: hace poco alguien le gritó en un mitin «Que Dios te bendiga» y George W. Bush contestó, «ya me bendijo», sintiéndose el elegido por Dios. Y eso es gravísimo.
George W. Bush está utilizando sus creencias religiosas anti islámicas para crear fantasmas que manipulen a los electores y ganar la reelección. Yo creo que el miedo es un fantasma y los fantasmas se disipan de día. Y cuando el pueblo norteamericano vea la luz del sol y de la razón, verán lo que verdaderamente está ocurriendo en Irak y en el mundo por culpa de la doctrina Bush, entonces el miedo tendrá que disiparse y la razón imponerse.
Pero el presidente George W. Bush sigue obstinado en denunciar al demócrata por lo que consideró como su inclinación a permitir que las decisiones políticas estadounidenses sean sometidas a la aprobación mundial. En ese marco, Bush y Kerry intercambiaron acusaciones en el pasado debate, en la noche donde el presidente perdió la primera batalla, que no es la guerra.
Ya que Kerry sigue teniendo en contra ese discurso de cultivar en forma vulgar, como hasta ahora, el atrasado e ignorante nacionalismo estadounidense que muchos llaman correctamente «aislacionismo» y también la historia: dónde los que ganan los debates pierden la presidencia.
Pero faltan dos debates más de los candidatos presidenciales y George W. Bush puede dar la sorpresa de octubre. Que pudiera ser la captura o muerte de la figura principal de Al-qaeda: Osama Bin Laden.
Además el electorado tambien tuvo la oportunidad de ver el debate de los candidatos a la vice-presidencia, Dick Cheney y John Edwards, dónde Cheney quedó como lo que es, un rotweiller de la política, un hombre que no puede medir su odio y que tiene un pasado terrible.
Aparte de su asociación con la empresa Halliburton hay que recordar que votó en el congreso estadounidense a favor de la prisión de Nelson Mandela y porque se mantuviera el apartheid en Sudáfrica. Edwards en cambio brillo por lo que es, un novato pero muy inteligente.
Ya veremos de qué cuero salen más correas, según un dicho popular.
Descubre más desde El Nuevo Cojo Ilustrado
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.